Sailing

La primera experiencia (y hasta el momento la mejor) de pasar varios días a bordo de un velero sin tocar tierra fue en 1998, en el Rafael Verdera, el barco más antiguo de la flota española y probablemente el barco de vela en activo más antiguo del mundo (botado en 1841). Aún llevaba velas latinas y fue la primera vez que viví una tormenta en el mar, de noche, tan fuerte que arrancó la mesana de cuajo.

Fondeamos en dos calas, una de ellas la de Cadaqués, pasando la noche mirando las estrellas, escuchando música y fumando lo que hubiese por allí (cuesta encontrar un estanco en el mar, y mira que lo buscaban algunos). El Verdera es un barco que se puede alquilar para avistamientos de ballenas, buceo... y hasta para la boda de Nina Hagen y alguna fiesta 'amb caliu'.

El patrón, Mikel Arizmendi, en uno de esos viajes conoció a Nuria (un verdadero encanto) y hoy día son 4 de familia. Recuerdo al primer hijo balanceándose en la cabina del capi, más acostumbrado al mar que a la tierra.

Para conocer algo más sobre la historia de este impresionante velero o preparar una escapada en él, se puede consultar su web. Es una experiencia muy recomendable.